El servicio de limpieza es obligatorio y restringido a las zonas comunes. Y nunca se utilizará para no tener obligaciones de limpieza en la vivienda. El servicio de limpieza tiene un coste de un importe por horas y este importe será repartido entre todos los inquilinos en partes iguales. En el día de la limpieza las zonas comunes tienen que estar despejadas. No puede haber platos y demás utensilios sucios, ni en las mesas ni en la cocina, ni ropas íntimas o personales tiradas en las zonas comunes y baños.
En caso que la propiedad no esté preparada para la limpieza el/la limpiador/a necesitará un tiempo extra para cumplir con las tareas de limpieza el importe será repartido entre todos los inquilinos en partes iguales.
Además, es a cargo del arrendatario la compra de los productos de limpieza. El encargado de la limpieza se encargará también de la eventual compra de productos y presentará cada vez factura de compra, el importe será cobrado a través de la plataforma informática.
El encargado de la limpieza queda autorizado a tirar comida caducada o qué repute en mal estado de conservación y que se encuentre en cualquier lugar de la vivienda.
En caso de llegada de un nuevo inquilino en una vivienda donde ya están viviendo otros inquilinos es responsabilidad del gestor la limpieza de la habitación del nuevo inquilino; pero es responsabilidad de los INQUILINOS QUE YA OCUPAN la vivienda dejar las zonas comunes, baños y cocina en buenas condiciones de limpieza, orden y higiene. En caso contrario se contratará un servicio de limpieza a cargo de los inquilinos que ocupaban la vivienda antes de la llegas del nuevo inquilino.